Hace ya unos años que no actualizaba el blog, un blog que revisándolo un poco antes de empezar esta nueva entrada, me parece una especie de cuaderno de bitácora, pero que si lo completo adecuada y cronológicamente podría considerarlo un diario de mi vida, al menos parcialmente, ya que en estos prácticamente últimos 20 años, he viajado mucho, por lo que poca cosa más (ferroviariamente hablando) quedará en el tintero, y en todo caso mis otros viajes en los que el tren no ha sido el centro del mismo, se verán reflejados en otros blogs de temática diversa que mantengo.
Celebrando 25 años de casados
Este mes de Junio del 2002, mi esposa (DEP) y yo celebrábamos nuestros primeros 25 años de matrimonio, y decidimos viajar otra vez a Mallorca para intentar rememorar el viaje original.
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| El avión que nos trasladaría a Palma |
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| Esperando |
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| Nuestro primer tren en Mallorca fue el típico turístico |
Pocos días antes habíamos viajado a Andorra y había comprado una sencilla máquina fotográfica digital, una tecnología que en estos momentos todavía estaba en mantillas, pero cuando me permitieron en la tienda donde adquirí la máquina hacer unas fotos de prueba y vi el resultado, me di cuenta de que tenía el futuro fotográfico en mis manos, la máquina adquirida era una sencilla Samsung de 1,3Mp que me introdujo durante un par de años en el mundo digital y que todavía conservo.
La estación y cocherón de Palma
La estación de Palma estaba prácticamente tal como la recordaba hacía 25 años, y el tiempo parecía no haber pasado por ella, lo mismo podría decirse del material ferroviario que vi antes de acceder al tren, mientras mi señora esperaba sentada protegiéndose del calor , que para un mes de junio era sencillamente exagerado, procurando estar lo más cómoda posible antes de acceder a nuestro tren, yo me moví por los andenes buscando localizar todos aquellos detalles ferroviarios que pudieran ser interesantes, sin olvidar los cuatro automotores eléctricos tan distintivos de la línea, que ya en esa época llevaban mas de 70 años en su ruedas, acompañados por un más que interesante y variopinto grupo de coches de madera que nos transportan directamente a mitad del siglo XX.
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| Una estación con solera |
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| Uno de los cuatro clásicos automotores |
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| Me estoy fundiendo |
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| Tren formado |
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| Selección de coches clásicos |
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| A la izquierda el cocherón de dos vías de la época del vapor |
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| Esperando la salida |
En un momento dado me encontré en un pequeño cocherón un par de tranvías comprados de segunda mano a la red de tranvías de Lisboa, ya que el creciente boom turístico de las islas Baleares, hacía que el pequeño parque original de la red de tranvías que atendía el recorrido entre la estación de Soller y su puerto, fuera incapaz de absorber la creciente demanda, por eso el excedente de material tranviario proveniente de la red lusa era una solución muy acertada, por un lado su apariencia clásica no desentonaría mucho con el material existente y por otro lado, la mayor potencia y capacidad de estos tranvías permitiría acoplarlos a unos nuevos remolques que tienen un tamaño y capacidad incrementados, lo que aumenta la capacidad operativa de la línea extraordinariamente.
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Dos de los nuevos tranvías ex-Lisboa esperando su restauración
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En el mismo cocherón encontré unas pieza artesanal para el mantenimiento de vía de lo más curioso, una escalera con una base de madera y cuatro ruedas minúsculas con pestaña, que por su apariencia servía para hacer el mantenimiento de la catenaria, una pieza que el día que no se utilice es digna de ser enviada a un museo.
